miércoles, 13 de julio de 2011

Madurar.

Anoche, mientras intentaba dormir y mi ojos miraban fijamente la oscuridad, no pude evitar sentir ese vacio dentro de mi que acude de vez en cuando, visitándome.

Me puse a pensar y creo que ese fue mi gran error. Empecé a preguntarme a mi misma cosas que hacia tiempo había enterrado. Que creí enterradas. Mire al espejo de mi vida y como siempre que sucede, me sentí pequeña, ridículamente diminuta.

Y siento tristeza al darme cuenta de que sigo sin confiar en mi misma, sigo esperando, incluso ridículamente ansiando mi fracaso. Todavía espero quedarme a las puertas de mi ilusión, espero sentir ese familiar sabor amargo de la decepción. Tan familiar y tan detestable.

Cuanto daño me hice y me sigo haciendo a mi misma. Debo dejar atrás a esa niña miedosa, humillada, que tanto sufrió. He viajado el recorrido de mi vida con ella a mi lado, imponiéndome pequeñas barrares que ella, incluso yo, no se sentía capaz de superar. Madurar. Llego el momento, la hora de madurar. Y da miedo, da miedo saber que debes afrontar un mundo que esta lleno de dolor, de felicidad, de respeto, de admiración... De tantas cosas. Un mundo que acojona como el mismísimo infierno.

sábado, 2 de julio de 2011

Decepcionada.

¿Sabes? Estoy decepcionada. Tremendamente decepcionada.

Confieso que soy una ingenua, creí que por fin estaba demostrando que cuando quiero algo, lucho. Creí que realmente se daban cuenta de mi esfuerzo, que lo apreciabas. Creí que había acabado. Que estúpido eso de creer, ¿no? Que estúpido fue creer que un algún día, de una vez por todas, alguien creería en mi y sabría apreciar mi lucha.

Me siento tan sola y tengo el corazón tan maltratado. Y hay días en los que estallaría, pero en cambio lo encierro profundamente dentro de mi, agrietando mas si puede mi destrozada alma.

Hace tiempo que se partió, hace tiempo que llevo combatiendo mi propia batalla personal y sin embargo, nadie se ha dado cuenta de que todavía estoy intentando cerrar las heridas que un día me afligí.

Pero las heridas se acumulan y cada vez es mas difícil ignorar las grietas que son cada vez mas grandes. Cada vez es mas difícil componer la sonrisa. Una sonrisa que duele como el mismísimo demonio.